Cespedosa. Juan Manuel Castro Prieto
Museo de Fotografía Fundación Antonio Pérez
Del 27 de enero al 31 de marzo de 2024
Comisario: Chema Conesa
Colabora: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes y Ediciones Anómalas
Abuelo Isidoro, 1977
La exposición se centra en Cespedosa de Tormes, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca, donde nacieron y vivieron los padres del autor.
Así, Cespedosa nos habla de la memoria a través de las imágenes, con un trabajo por parte de Castro Prieto que se convierte en todo un homenaje al pueblo de sus antepasados, cuna de su infancia y lugar que explica el inicio y desarrollo de su oficio de creador de imágenes, la inspiración, la motivación y el afecto imbricado en su forma de hacer fotografías.
En Cespedosa recibió los dones del amor y realizó su primera fotografía. A Cespedosa le debe la proteína definitiva de su carácter, el mapa de sus afectos y la certeza de su condición de pertenencia a lugar.
A lo largo de cuatro décadas, casi sin pretenderlo, el autor ha ido construyendo con sus imágenes un discurso introspectivo que ha terminado conformando todo un recorrido por su memoria y sus sueños. Un discurso enhebrado en la tarea siempre fronteriza de  la creación fotográfica, entre el contenido y la forma, entre la razón y los sueños, entre la intuición y la técnica.
De este pueblo salmantino ha extraído los elementos formales, los objetos representados,  los paisajes interiores y exteriores, los escenarios en los que construye su imaginario. De sus habitantes la inspiración, la motivación afectiva. A todo esto el autor añade su sabiduría técnica, su interpretación poética, su impronta plástica y una sugerencia decidida a sucumbir al hechizo de su mundo mágico, a veces tormentoso, inquietante y abierto a la interpretación personal.
Como no podía ser de otra manera, Cespedosa significa la afirmación definitiva de todo lo que le interesa a Castro Prieto, un proyecto-río construido inconscientemente a lo largo de muchos años que ejemplifica la confluencia de diferentes etapas de crecimiento expresivo en el uso del lenguaje fotográfico, a la vez que evidencia una coherencia absoluta y la no impostura de su lenguaje a modas o estilos.
Es, en definitiva, una representación de su universo íntimo, lo que de verdad le importa y la aseveración de una determinada forma de mirar. La mirada de Juan Manuel Castro Prieto.
En palabras de Chema Conesa, comisario de la muestra;
Cespedosa se podría describir como un lugar pequeño, acurrucado entre un arco de carretera y el río del que toma su apellido, habitado por poco más de quinientas almas en la provincia de Salamanca. Solo la iglesia y el torreón de un desaparecido castillo dibujan una estructura vertical sobre el plano inclinado del horizonte.
A este escenario acude regularmente Castro Prieto como patria sentimental, lugar de reposo y evocación, libre de presiones y en busca de ese sosiego perezoso que permite ensoñaciones nostálgicas a la vez que sueños inquietantes.  Allí nacieron sus padres y sus abuelos, y allí se construyeron sus afectos, su memoria y su razón de ser.
SOBRE JUAN MANUEL CASTRO PRIETO
Juan Manuel Castro Prieto (Madrid, 1958) se inició en la fotografía de manera autodidacta.
En 1990 viajó a Cuzco (Perú) para realizar con Juan Manuel Díaz Burgos los positivos del maestro peruano Martín Chambi a partir de las placas de cristal originales. Este fue el primero de una serie de viajes a distintos lugares y escenarios de Perú. De aquí nació Perú, viaje al sol, gran triunfador en PHotoEspaña (PHE) 2001. Este proyecto se expuso en el Centro Cultural de la Villa (Madrid) en 2001 y luego estuvo itinerando por España, Francia, Bélgica, Italia, Guatemala, Bolivia, Ecuador y Perú. Utiliza la fotografía para evidenciar la realidad oculta tras la aparente lógica de lo cotidiano. En sus imágenes siempre hay misterio, inquietud y belleza.
Tras sus fotografías se esconde una sutil simbología que las vincula directamente con cuestiones recurrentes en el imaginario del autor, como son el nacimiento, la muerte, el sexo o la religión.
Ha recibido varios premios, como el César Vallejo (Perú, 2001), el Bartolomé Ros (PHE, 2002) y el de Fotografía de la Comunidad de Madrid (2003).
En 2015 recibe el Premio Nacional de Fotografía. El jurado ha reconocido “su notable aportación a la fotografía española en su contenido y estética”. “Juan Manuel Castro Prieto ha innovado y transformado el lenguaje fotográfico tradicional, desde una perspectiva personal. Logra construir imágenes que exploran las huellas latentes de la memoria. Su obra subraya aspectos oníricos y literarios de la vida cotidiana y escenarios lejanos, creando un universo propio y original.
La obra de Juan Manuel Castro Prieto forma parte de los fondos fotográficos de la Fundación Antonio Pérez tras su participación en el Proyecto; Cuenca en la Mirada de la Diputación de Cuenca de 2004.
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